- Área: 268 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Fernando Alda
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En pleno centro urbano local, encajada entre fachadas de distinta altura, se erige monumental una verja trenzada de varetas naturales que alcanza la cubierta del edificio vecino -el antiguo Colegio Manuel Siurot-, la cual, tras deslizar suavemente sobre el pavimento, despliega ante el paseante de la calle Miguel Hernández un patio urbano semicubierto inspirado en los umbráculos -sombrajos y emparrados- de la región.
Como fondo de este gran "vestíbulo de intemperie" (expresión solemne de un interior público) se levanta el alzado de un nuevo equipamiento para usos formativos y fomento de las actividades empresariales de la comarca que, dispuesta perpendicularmente a la calle de acceso, se extiende hasta alcanzar el fondo de la parcela ocupando parcialmente los vacíos residuales del antiguo colegio.
Se trata de una construcción compacta de hormigón de dos plantas de altura, única crujía y sección constante que permite la conexión interior con el edificio adyacente y se abre -por el sur- a un gran patio interior, donde una pradera ajardinada y un umbráculo vertical similar al de fachada, atemperan la imagen caótica de medianeras y fachadas que lo envuelven, al tiempo que adecentan un nuevo espacio urbano público interior de manzana, pulmón de todo el conjunto.
A su vez, le sirve de contrapunto un segundo patio longitudinal contiguo a la medianera norte que, conectado visualmente con el anterior a través de la sala principal de planta baja, habilita ventilaciones cruzadas y recorridos alternativos, permite la privacidad de la planta alta y faculta la iluminación tamizada de sus estancias.
Internamente, la funcionalidad de la construcción es simple, con un programa reducido y transformable resuelto con solo tres materiales (hormigón, vidrio y madera), cuya desnudez y osadía trasladan al interior la fuerte expresión exterior.